La historia de la reforma a los estatutos de la Universidad de Concepción: descentralizando el poder

El viernes 9 de junio de 2023 se concretó la entrega del borrador que contiene las propuestas para la reforma de estatutos de la Universidad de Concepción, un esfuerzo mancomunado entre socias y socios del directorio, los sindicatos, alumnos de pre y postgrado y trabajadores y trabajadoras tanto académicos como no académicos que se dió en el Hall de la Casa del Arte. Dicho trabajo es representación de un proceso de dos años que se inició el 6 de julio de 2021 cuando se crea la Comisión de Reforma de Estatutos de la Corporación Universidad de Concepción (Creudec). No obstante, estos intentos son de larga data y se remontan a la década de 1990 posterior a la vuelta a la democracia.

El profesor de filosofía y doctor en educación, Abelardo Castro, representante de los intereses del Sindicato N°1 de Trabajadoras y Trabajadores de la Universidad de Concepción y quien trabaja en la Facultad de Educación, entregó más detalles de un proceso que se ha intentado llevar en, al menos, tres ocasiones y que representa un esfuerzo por reafirmar un principio fundacional: la casa de estudios se debe a su comunidad. Cabe destacar que la redacción de esta reforma duró cerca de cinco meses y que significó hasta tres sesiones por semana.

Vuelta a la democracia

Posterior al plebiscito de 1988, donde se votó la continuidad del régimen totalitario impuesto por la Junta Militar presidida por Augusto Pinochet, vino la llamada vuelta a la democracia. Este proceso significó la puesta en marcha de distintas instancias para recuperar el control civil de los poderes en un país que estuvo sumido diecisiete años en una dictadura militar. Esta transformación no fue fácil ya que dicho dominio corrompió los cimientos mismos de la República, influencia que se ve hasta el día de hoy como fruto de la constitución de 1980 escrita por la Comisión Ortuzar -que fue redactada entre cuatro paredes- y que no contó con la participación ciudadana propia de una democracia.

Al alero de dicho proceso de emancipación de la dictadura, muchas universidades tuvieron que resignificar su identidad debido a que fueron cooptadas por el poder militar hasta el punto que tuvieron rectores delegados que fueron impuestos por el régimen totalitario de la Junta. En el caso de la Universidad de Concepción se contó con tres cabeceras de rectoría militares hasta que, en 1990, llega a dicha casa de estudios Augusto Parra (1990-1997) quien, poco antes de dejar su cargo, propuso un cambio de estatutos luego de reunirse con el cuerpo académico, según cuenta Castro.

“Lo interesante de esa apuesta fue que la universidad, en su conjunto, paralizó sus actividades para que pudiera haber una discusión amplia dentro del cuerpo académico”, indica Abelardo, agregando que una primera promesa fue llevar a cabo esta instancia a través de un claustro en que todos los estamentos estuvieran representados. Dicha promesa, según indica el profesor de filosofía, fue también esgrimida por el siguiente rector, Sergio Lavanchy (1998-2018), y se intentó concretar en, al menos, tres ocasiones.

Al respecto de estos procesos, el doctor en educación comenta que hoy se buscan los mismos resultados que hace 20 años atrás. ”La exigencia de porqué hacerlo -el actual cambio de estatuto- eran las mismas que aparecieron en el estudio que hizo la Dirección de Estudios Estratégicos: la necesidad de transparencia, la necesidad de participación, la triestamentalidad y el cómo reducir la extrema concentración de poder que hay en la universidad”, agrega el profesional, indicando también que ninguna universidad estatal ni perteneciente al CRUCH tiene estas problemáticas.

“Por el desarrollo libre del espíritu”

La Universidad de Concepción tiene un lema sumamente importante y que ha liderado los esfuerzos pedagógicos para crear profesionales que se deban a su comunidad: Por el desarrollo libre del espíritu. Sin embargo, dicho lema pareciese que no existe cuando en la toma de decisiones se trata. “El rector está de cabecera de mesa como rector, junto a los decanos, y después está de cabecera de mesa en la dirección de la gestión universitaria y por tanto, el directorio, que es el que tiene que evaluar cómo se desempeña el rector, no cumple su función. ¿Por qué? Hay una suerte de gestión tipo espejo: el que se evalúa es el mismo que el evaluador. Y esto no ocurre en ninguna universidad, lo digo con mucha convicción”, denuncia el trabajador de la Facultad de Educación.

Lo anterior, comenta Castro, no es propio de ninguna democracia y cada vez que se intentó cambiar esta situación. se encontraban con alguna excusa para mantener una concentración de poder en el rector como máximo representante. “Incluso, cuando se proponía un Senado Universitario, siempre aparecía la propuesta de que el rector también presidiera ese senado. Y cuando se planteaba de que eso no era posible porque eso aumentaba el poder del rector, nuevamente la propuesta de estatuto fracasaba”, agregó el profesor.

La deuda económica de la universidad

La casa de estudios más importante y representativa de Concepción tiene una deuda que iguala, más o menos, a su presupuesto anual, comenta tajantemente Castro. “La iniciativa del cambio del directorio proviene desde el mismo directorio esta vez, pero a partir de una situación muy concreta y tiene que ver con la gestión económica de la universidad”, añade Abelardo, quien también agrega que los intereses de dicho adeudo son iguales al ingreso financiero que hace Lotería, empresa perteneciente a la Corporación: se trataría de 6 mil millones de pesos. “En definitiva, alguien tiene mucho poder y no hay una contraloría que revise las finanzas y la ejecución financiera”, relata el representante del Sindicato en la Subcomisión de Redacción de Creudec.

Así mismo, el pedagogo añade un dato no menor: “la última vez que la universidad fue evaluada por seis años hubo un informe de la Seremía que decía que la deuda de la universidad impedía un desarrollo de nuestra actividad académica. (...) los sueldos de la universidad han ido detras de otras universidad de la región cuyo promedio de sueldo era inferior a nosotros en los años 90 y hoy están muchos mejores que nosotros. Pero también nuestra infraestructura se ha quedado atrás. En los 90 teníamos 16 mil estudiantes. Hoy tenemos 25 mil estudiantes o más si le sumamos el postgrado y nuestra infraestructura no ha crecido al mismo ritmo”.

La importancia de la triestamentalidad y la participación democrática

Para la redacción de esta reforma se encargó un estudio a la Dirección de Asuntos Estratégicos y que contó con la realización de cabildos y encuestas. “Transparencia, falta de participación, concentración de poder y la necesidad, y este es un tema unánime, de una gestión triestamental en todos los niveles de la universidad: es decir que estuviesen representados en sus organismos colegiados, desde decanato hacia arriba, los estudiantes, los trabajadores y trabajadores administrativos y de servicios, y los académicos”, son los puntos que se recogen en este trabajo según comentó Abelardo Castro, quien además agrega que a pesar de que “fueron pocos los que participaron y respondieron este proceso representan, de una u otra manera, el sentir de la comunidad universitaria”.

De igual forma, otro dato que entrega el educador da cuenta de esta concentración de poder y falta de democracia: “Hoy eligen al rector y al presidente del directorio las 3 más altas jerarquías académicas de la universidad. En total son 1600 personas, que es la lista de votantes. Ellos son los que están decidiendo. Pero, dentro de la universidad, somos cerca de 5 mil personas contratadas. Y si vamos a la corporación, en su conjunto, somos muchos más”. Además, Castro recuerda que hoy la Corporación cuenta con el Instituto Virginio Gómez y el Centro de Formación Técnica de Lota, instituciones que “no deben ser miradas como un apéndice” puesto hoy figuran como pilares importantes en la Corporación.

“La Corporación y la Universidad tiene que sumirse en un diálogo muy profundo y evitar los apuros en donde podamos hablar con serenidad en busca de las soluciones que la universidad necesita a largo plazo. Sería iluso que nosotros transformemos esto en una discusión estratégica de lucha de poder. En ningún momento dado ha estado eso en el espíritu de la comisión”, cierra Abelardo Castro, quien ya ha participado en los esfuerzos anteriores por descentralizar el poder de la Universidad de Concepción en pos del desarrollo libre del espíritu. Por ahora, la Comisión hace un llamado a toda la comunidad a estar atentos de este proceso en el portal estatutos.udec.cl.